Albert Einstein
Cuando murió su gran amigo italiano Michele Besso, Einstein escribió una conmovedora carta a la hermana de Michele: “Michele ha dejado este extraño mundo un poco antes que yo. Esto no significa nada. Las personas como nosotros, que creemos en la física, sabemos que la distinción entre pasado, presente y futuro no es más que una ilusión persistente y obstinada”.
El tiempo se desacelera y acelera debido a la forma relativista en que la masa deforma el espacio y el tiempo.
El tiempo transcurre de forma diferente para alguien que se encuentra bajo el nivel del mar que para alguien que se encuentra en las cumbres más altas del planeta. Según algunos estudios, “al nivel del mar envejeces una milmillonésima de segundo menos cada año de lo que lo harías si vives en la cima del monte Everest”. Esto se debe a un fenómeno postulado por la relatividad general llamado dilatación del tiempo gravitacional.
Cuanto más rápido se mueve, más lento pasa el tiempo. La materia que viaja a la velocidad de la luz no experimenta realmente el tiempo o la distancia. Los miembros de la tripulación envejecen más lentamente cuanto más rápido se muevan.
Se cree que un observador dentro de un agujero negro eventualmente dejaría de experimentar el tiempo por completo.
Ejemplo. Una forma de pensar en ello es considerar el tiempo como lo hacemos con un lugar. Diferentes lugares son reales. Ellos existen. Ya están allí.
Si deseo saludar personalmente a Javier que se encuentra a 1 km de distancia, es decir, yo me encuentro en el pasado pues me demoraría varios minutos para llegar al sitio donde se encuentra Javier y lograr saludarlo. Pero desde aquí lo veo. La velocidad de la luz hace que coexistamos.
Existe realmente el tiempo?
El tiempo es una mera percepción de nuestros sentidos. Se trata de algo conceptual creado por nuestra mente limitada.
Los físicos se sienten aún más desorientados con respecto al futuro. ¿Existe el libre albedrío y podemos elegir distintas rutas o, por el contrario, está predeterminado? (Si fuera la segunda opción, sería más fácil predecir lo que vendrá). “Hay quienes dicen que podemos influir en el futuro al escoger entre distintos itinerarios”, afirma el doctor Ghag, investigador del Departamento de Física y Astronomía del University College de Londres, en ‘BBC’.
“Pero supongamos que el libre albedrío también estuviese sometido a la relatividad. Teóricamente, si supieras todas las posibles trayectorias de las mentes y de los fenómenos, podrías predecir el futuro, pero eso crearía una paradoja, el conocimiento de lo que va a ocurrir termina alterando lo que pasará”.
En la Galaxia Andrómeda, a millones de años luz de aquí, los extraterrestres deciden conquistar la Tierra. Nosotros, que estamos muy lejos de ellos, descubrimos que están tratando de conquistarnos. Pero eso ya ha sucedido, para nosotros se trata del futuro pero ellos lo decidieron antes, pero en realidad en la Galaxia Andrómeda eso que es nuestro futuro es en realidad su pasado.
No hay un comienzo o Big Bang y no hay un final, sino que el tiempo como tal solo existe en nuestro cerebro humano. Se trata de algo conceptual, creado a partir de nuestra percepción y nuestra mente limitada.