La Individualidad

soren kierkegaard
Soren Kierkegaard

Apología del chisme – Redes Sociales

Lo mal que tú hablas de alguien, dice más de ti que de él. El ignorante puede erigirse como un gran crítico, con la potestad además de hablar de lo que le da la gana y de quien le dé la gana sin recibir contestación alguna.

Y si insulta y trata mal las personas dizque porque otras personas lo hacen deja de ser un individuo, es un borrego.

La verdad es una congruencia entre la forma de pensar de una persona y su forma de vivir, de comportarse, de vivir con una verdad que sea propia. Ser tú mismo.

Por la forma de buscar esta congruencia es que las personas se pueden convertir en individuos. Uno de los peligros de la vida es perder la individualidad. Se puede perder de a poquitos y sin darnos cuenta. Ya no somos mas individuos sino borregos.

Las personas que usan el lenguaje soez se han salido de su individualidad pues por querer demostrar un poder ante su esposa, hijos o subalternos obtienen lo contrario, un sentimiento de lástima.

El plano finito es lo vivido día a día. Es vivir conforme nos ven los demás. Es el caso del joven que decide estudiar medicina porque se lo propuso su papá o su familia. Pero realmente él quería?

El plano infinito es el resto de posibilidades de nuestra vida pero como nuestra vida es limitada se debe tomar una decisión que en automático elimina otras posibilidades. Si no decido, si no actúo significa que no estoy construyendo mi vida. Mientras decide qué hacer pone su vida en pausa perdiendo su individualidad por su incapacidad para tomar decisiones. Tomar una decisión provoca una gran angustia.

Salto de Fe

La angustia es el vértigo de la libertad. Tener muchas opciones es angustiante. Para kierkegaard racionalizar la decisión avocando por ejemplo a lo que va con mi personalidad, por la carrera más productiva es suprimir mi individualidad, no me estoy responsabilizando de mí mismo sino que estoy haciendo que el mundo que me rodea decida por mi.

Lo más racional es decidir en forma irracional basado en la pasión y para ello hay que dar un salto de fé. Tener fe es una forma de rebelión ante un mundo racional. Si ese joven decide seguir a su pasión y estudia lo que le nace está dando un salto de fé. Si no lo logra fue su decisión, igualmente si triunfa. Para Kierkegaard no es importante lo que crees sino cómo vives lo que crees. Irracional puede ser amar a alguien que te ha hecho mal pero para mi tiene sentido, es una verdad, es congruente con lo que pienso.

Somos individuos que estamos construyendo nuestra vida con saltos de fé o llevamos una vida barata, sin compromiso por nada?

La persona refleja lo que es conforme a lo que cree y piensa. Por eso es fácil para el psicólogo detectar el comportamiento de un delincuente, por ejemplo, pues a éste no le queda otro recurso que fingir lo que no es, aparentar lo que no es.

Las ideas de un hombre deben ser su propia morada; de lo contrario peor para ellas.

El filósofo dedicó cada momento de su vida y obra a reinstalar el individuo y el ejercicio de responsabilidad que tiene este consigo mismo y con la sociedad, pero sobre todo con Dios.

La verdad de mi Existencia

Si algo que consideraba una verdad objetiva resultara ser falso, no sé, que algún suceso histórico nunca tuvo lugar o que la composición molecular de alguna sustancia es distinta de la que pensaban, mi forma de vivir no cambiaría radicalmente. La razón es que las verdades objetivas se centran en el “que”, en lo que es el caso, los hechos, mientras que la verdad subjetiva, la verdad de mi existencia, se centra en el cómo, en los valores.

Las verdades objetivas, una vez que sepas que el fuego quema y la lluvia moja, no tienes que pensarlo más.

Al entender la verdad como subjetividad, Kierkegaard está interesado en cómo uno existe como ser humano.

La gente, de hecho, no quiere conocerse a sí mismo y emplea toda una gama de trucos psicológicos para engañarse, para evitar que se manifiesten lo que los jóvenes hoy en día llaman “pedos existenciales”.

El engaño jamás puede ser destruido de forma directa, sino sólo con medios indirectos y puede eliminarse radicalmente . . . Es decir, a una persona engañada hay que acercársele desde atrás.

Al encontrarse con diversos autores y puntos de vista en vez de una sola autoridad que le critica y le dice qué pensar, el lector no se pone tan automáticamente a la defensiva y se da cuenta de que la elección la tiene que tomar es él, que la responsabilidad de su existencia es suya. Así es cómo Kierkegaard se le acerca desde atrás.

La Sociedad de Consumo

Muy pocos quieren tomar esa responsabilidad, porque realmente existir, de forma auténtica y propia, no es nada fácil. Nuestra sociedad de consumo se ha desarrollado para hacer que la tarea de vivir te cueste lo menos posible: productos que te ahorran tiempo, apps que te dicen qué comer y que miden tus signos vitales, algoritmos que te presentan al amor de tu vida, y gurús de crecimiento humano que te arreglan todos tus pedos existenciales.